Quién sabe si este relato de Znerol es un recuerdo concreto o bien el fruto de la imaginación… sin duda resonará en el pecho de quien se haya encontrado en la montaña para escalar una vía larga sin protecciones o, por qué no, de quien, haciendo senderismo, ha perdido el camino para recobrarlo después, junto al aliento…

Concluimos así la tercera y última parte del glosario razonado de algunos términos fundamentales que se refieren a la escalada en mis idiomas de trabajo: el inglés, el español y, por supuesto, el italiano. Con el deseo de ponernos de nuevo en marcha, de soñar lugares aún desconocidos y de acunar los recuerdos de las aventuras ya realizadas.

¡No desperdiciemos ni siquiera una ocasión de respirar a pleno pulmón en medio de la naturaleza! Yo ya tengo un nuevo proyecto en mente, ¿y vosotros?

El aliento en la montaña

Jorge e Ignacio llevan ya varias horas en la pared, agarrados a lo poco que les ofrece la montaña; no hace calor, la vía está expuesta al norte y esto hace que su ascensión sea menos mortificante en este tórrido verano. Están repitiendo una difícil vía de los años cuarenta, poco batida, pocos pitones, pocos signos de paso humano, en torno a ellos solo la verticalidad de la pared en total soledad; están al largo clave de todo el ascenso, una placa vertical de treinta metros poco trabajada, surcada por finas fisuras; la posibilidad de una retirada está fuertemente desaconsejada debido a la conformación de la pared por debajo de ellos, o se pasa o se pasa; más allá de ese largo las dificultades disminuyen y quedan solo un centenar de metros de rocas poco a poco más fáciles hasta la cima del pilar, donde, en la vertiente opuesta, les espera una serie de cómodas bajadas en cuerda doble hasta la gravera de base.

Ignacio hacia el largo clave

El largo le toca a Ignacio, mira hacia arriba y después a Jorge, cuyo rostro delata el alivio de quedarse parado a hacerle de seguro, luego mira de nuevo esa placa, una última señal de entendimiento con Jorge, una respiración profunda y, apoyando las manos en la sólida caliza de la pared, empieza a subir. Respiración regular, concentrado en los movimientos, en poco tiempo llega al primer pitón y mete la cuerda dentro de la cinta; a partir de aquí, la relación manda oblicuar hacia la derecha hasta una hendidura horizontal e Ignacio continúa en esa dirección. Las manos encuentran pequeñas muescas para la punta de los dedos, mientras que para los pies, pequeños apoyos justo para la punta de las botas, en un juego de equilibrios entre una respiración y la siguiente, hasta la fisura que ofrece el encastre de un empotrador, pequeño pero sólido; ahora hay que apuntar a la evidente placa oscura unos cuantos metros por encima de la vertical de la fisura, el paso clave de la vía, para alcanzar un pitón poco visible en una pequeña fisura oblicua, una serie de movimientos sobre una decena de metros completamente desprotegidos.

Un pequeño empotrador: ¿fuente de salvación o de ansiedad?

La respiración de Ignacio se vuelve más afanosa, menos ritmada, menos segura, un sudor ligero parece querer humedecer las yemas de los dedos, un instante, sacude la cabeza y vuelve a ponerse en marcha, a pesar de que todo el cuerpo le grita «qué demonios estamos haciendo aquí», un movimiento tras otro, un paso tras otro, el empotrador se aleja bajo los pies, más que una respiración ahora es un resoplido irregular, dependiente de la sensación bajo los dedos después de cada movimiento, tiende a aplacarse un poco solo cuando los pies encuentran apoyos decentes.

El empotrador está cada vez más lejos, posibilidad de colocar una protección ni soñarlo y el pitón no se ve, hasta surge la duda de que ya no esté ahí, la preocupación de tener que clavar otro pellizca cada vez más fuerte, los resoplidos de aliento son ahora verdaderos fuellazos, la tensión aumenta como aumenta el miedo, porque el empotrador esta cada vez más lejos.

En un instante, todo cambia

Un movimiento, el sudor empapa copiosamente, un fuellazo, otro movimiento y, como por arte de magia, aparece el ojal del pitón, tan cerca que Ignacio podría besarlo, e Ignacio querría besarlo, un rápido movimiento de montaje de la cinta y la cuerda que hace que se dispare la palanca del mosquetón, el empotrador está lejísimos pero ahora ya no da miedo, el fuellazo se transforma en una larga respiración, el aliento ha vuelto, Ignacio mira a Jorge en la seguridad de la reunión y se sonríen, también el rostro de Jorge se relaja por fin y regresa a él una cierta tranquilidad, Jorge estaba en apnea, no respiraba para no molestar a Ignacio en su concentración.

Ahora ambos han vuelto a respirar normalmente, borrón y cuenta nueva, adiós a la ansiedad, en la cima se sonreirán y después de vuelta abajo en las cuerdas dobles, hasta volver al mundo normal donde respiraciones y ansiedades son otras, hasta que las jarras de cerveza choquen entre sí.

GLOSARIO FUNDAMENTAL DE LA ESCALADA

R-Z

Concluimos con el tercer grupo de términos de la escalada, en mis tres idiomas de trabajo: italiano, inglés y español.

 

Ramponi Crampons Crampones
Recuperare Recover Recuperar/Reponer
Riposo appeso – Rest Rest Reposo
Vite da ghiaccio Ice screw Tornillo de hielo
Via Route Vía
Tetto Roof Techo
Tiro di corda Pitch Un largo de cuerda
Tentativo Attempt Tentativa
Tacca (il termine “reglette” è Francese) Notch o Nick Regleta
Scanalatura/Canna Groove Surco
Sbandierata Swing Oscilar
Svaso Flaring Roca abocinada
Sosta possibile Optional belay Reunión opcional
Sosta Belay station Reunión
Scudo

 

Shield (associabile al termine “placca”) Pared lisa
Salita Ascent Ascensión
Sasso incastrato Chockstone Roca encajada

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